sábado, 12 de junio de 2010


El misterio de la mente (IV)



El hemisferio derecho, el cerebro artístico

Hacia el año -400, Hipócrates escribió sobre la posible dualidad del cerebro humano, pero fue en 1684 cuando un inglés, sir Thomas Browne, sugirió que cada una de las dos mitades del cerebro podría tener ciertas preferencias y especializaciones en el gobierno de la conducta humana, con lo cual el significado de la observación de Hipócrates aparecía claro. La idea de Browne, que consideraba que cada una de las dos mitades del cerebro tenía funciones totalmente distintas, no alcanzó difusión ni empezó a considerarse hasta 1874, en que John Hughlings Jackson introdujo la idea de que el cerebro ténía un hemisferio "dirigente".


Sin embargo, a partir de 1942, las investigaciones han demostrado definitivamente que el hemisferio derecho tiene la misma importancia que el izquierdo, y que es el principal responsable de las facultades viso-espaciales, de la capacidad artística y de la comprensión y apreciación de la música.

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Se comprobó así mismo que el hemisferio derecho gobernaba tantas funciones especializadas como el izquierdo, y lo que era quizá más importante, que la forma de elaborar la información era, obviamente, diferente en cada uno de los hemisferios. El hemisferio derecho no utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza el hemisferio izquierdo. En lugar de ello, el hemisferio derecho, centro de las facultades viso-espaciales no verbales, concibe las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. El hemisferio izquierdo elabora la información en fases lógicas y analíticas, usando como investigador y mediador el poder del lenguaje, mientras que el hemisferio derecho integra rápidamente varios tipos de información y acto seguido los transmite como un todo. El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se ajusta al tipo de respuesta inmediata que se requiere en los procesos visuales y de orientación espacial.



El lóbulo frontal derecho y el lóbulo temporal derecho parecen los encargados de ejercer las especializadas actividades no verbales del hemisferio derecho. Esto se corresponde, en muchos aspectos, con las funciones de control del habla que ejercen el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo. Los otros dos lóbulos del hemisferio derecho, el parietal y el occipital, tienen al parecer menos funciones. Sin embargo, como resultado del estudio de pacientes con el cerebro dividido (seccionado), o con pacientes que padecen lesiones en el hemisferio izquierdo, se ha detectado un pequeño grado de comprensión verbal en el lóbulo pariental derecho, que tiene la capacidad de comprender una selección de nombres y verbos simples. Y recíprocamente, el lóbulo parietal izquierdo parece que tiene ciertas funciones espaciales limitadas. Por lo tanto, aunque el hemisferio derecho está, sin duda, especializado en las funciones no verbales, concretamente en las viso-espaciales, no resulta fácil discernir la diferencia entre los dos hemisferios.

El hemisferio derecho está considerado, de cualquier modo, como el receptor e identificador de la orientación espacial, el responsable de nuestra percepción del mundo en términos de color, forma y lugar. Utilizando las facultades del hemisferio derecho, somos capaces de situarnos y orientarnos; podemos saber por qué calle estamos caminando mirando simplemente la arquitectura de los edificios que hay a uno y otro lado de ella, esto es la forma y aspecto de las fachadas, de los tejados y de las puertas de entrada. Si vamos caminando por la calle y reconocemos un rostro, la identificación de dicho rostro corre a cargo también de la memoria visual del hemisferio derecho. El nombre que corresponde a la persona que posee dicho rostro conocido lo proporciona, en cambio, el hemisferio izquierdo.



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Otras investigaciones de tipo especulativo sugieren que la preferencia que muestra una persona al girar la cabeza está relacionada con sus preferencias en la elección de trabajo. Si la cabeza gira normalmente hacia la izquierda, existe una tendencia hacia las actividades no verbales, regidas por el hemisferio derecho, como por ejemplo la música y la pintura. Si la cabeza se gira habitualmente hacia la derecha, parece que existe una preferencia por las actividades en las que intervienen el lenguaje o la lógica.



Rayner, C. (1985). La mente humana. Buenos Aires: Orbis
Imágenes: iesdavinci.sytes.net, librodenotas.com, profejuani.blogia.com, supermanublog.blogspot.com