sábado, 29 de marzo de 2014

Génesis 39
José y la seductora

Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor se fijó en José y le dijo: "Acuéstate conmigo." Pero él rehusó y dijo a la mujer de su señor: "He aquí que mi señor no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo cuanto tiene me lo ha confiado. No es él mayor que yo en esta casa? Y sin embargo, no me ha vedado absolutamente nada más que a ti misma, por cuanto eres su mujer. Cómo entonces voy a hacer este mal tan grande, pecando contra Dios?". Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a acostarse y estar con ella.

Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y coincidió que no había ninguno de casa allí dentro. Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: "Acuéstate conmigo." Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera. Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en su mano, huyó también afuera y gritó a los de su casa diciéndoles: -!Mirad! Nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros. Ha venido a mí para acostarse conmigo, pero yo he gritado, y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi lado y ha salido huyendo afuera."


Ella depositó junto a sí el vestido de él, hasta que vino su señor a casa, y le repitió esto mismo: "Ha entrado a mí ese siervo hebreo que tú nos trajiste, para abusar de mí; pero yo he levantado la voz y he gritado, y entonces ha dejado su ropa junto a mí y ha huido afuera." Al oír su señor las palabras que acababa de decirle su mujer: -"Esto ha hecho conmigo tu siervo" -se encolerizó. Y el señor de José le prendió y le puso en la cárcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey.