domingo, 1 de enero de 2017

Tobías

VI. El pez

Partió el muchacho en compañía del ángel, y el perro les seguía. Yendo de camino, aconteció que una noche acamparon junto al río Tigris. Bajó el muchacho al río a lavarse los pies, cuando saltó del agua un gran pez que quería devorar el pie del muchacho. Éste gritó pero el ángel le dijo: "¡Agarra el pez y tenlo bien sujeto!" El muchacho se apoderó del pez y lo arrastró a tierra. El ángel añadió: "Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado y guárdatelo; y tira los intestinios; porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios útiles." El joven abrió el pez y tomó la hiel, el corazón y el hígado. Asó parte del pez y lo comió, salando el resto. Luego continuaron su camino, los dos juntos, hasta cerca de Media.


Preguntó entonces el muchacho al ángel: "Hermano Azarías, ¿qué remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel del pez?" Le respondió: "Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un hombre o una mujer atormentados por un demonio o un espíritu malo, el humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para siempre. Cuanto a la hiel, untando con ella los ojos de un hombre atacado por manchas blancas, y soplando sobre las machas, queda curado."

Cuando entraron en Media, y estando ya cerca de Ecbátana, dijo Rafael al joven: "Hermano Tobías." Le respondió: "¿Qué deseas?" Contestó él: "Pararemos esta noche en casa de Ragüel; es pariente tuyo y tiene una hija que se llama Sarra, fuera de ella no tiene más hijos ni hijas; tú eres el más cercano, tienes más derechos sobre ella que todos los demásy es justo que heredes la hacienda de su padre; la muchacha es prudente , valerosa y muy bella y su padre la ama." Y añadió: "Es justo que la tomes para ti. Escúchame, hermano. Yo hablaré esta noche al padre acerca de la muchacha para que te la conceda como prometida, y a nuestro regreso de Ragués celebrarermos la boda. Estoy seguro de que Ragüel no puede negártela, ni dársela a otro, pues ser haría reo de muerte, según la sentencia del libro de Moisés, pues él sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por mujer. Así, pues, óyeme bien, hermano; hablaremos esta noche sobre la muchacha y que te la den como prometida; y cuando volvamos de Ragués, la tomaremos y la llevaremos con nosotros a tu casa."


Tobías respondió a Rafael: "Hermano Azarías, he oído decir que ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la noche de bodas; que cuando entraban donde ella, morían; también he oído decir que un demonio los mataba; así que tengo miedo, pues a ella no le hace ningún daño, porque la ama; pero al que intenta acercarse a ella, le mata; yo soy hijo único, y si muero, haré bajar en tristeza al sepulcro, por mi causa, la vida de mi padre y de mi madre. Ellos no tienen otro hijo que les dé sepultura."

Respondió el ángel: "¿Has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te mandó tomar mujer de la casa de tu padre? Escúchame bien, hermano: no tengas miedo a ese demonio y tómala; sé bien que esta noche te la darán por mujer. Cuando entres en la cámara nupcial, tomas el corazón del pez y parte del hígado y lo pones sobre las brasasde los perfumes. Se difundirá el aroma y cuando el demonio lo huela, huirá y nunca aparecerá ya a su lado. Y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero los dos y haced oración y suplicad al Señor del Cielo que se apiade de vosotros y os salve. Y no tengas miedo, porque para ti está destinada desde un principio: tú la salvarás; ella se vendrá contigo y te aseguro que te dará hijos que serán pra ti como hermanos. No te preocupes."



Cuando Tobías oyó las razones de Rafael y que era hermana suya, del linaje de la casa de su padre, se enamoró de tal modo que se le apegó el corazón a ella.