lunes, 10 de marzo de 2008

Lo festivo, lo procaz y lo obsceno en literatura (II)


Lo procaz...

El anillo de Hans Carvel



Hans Carvel era un hombre docto, experto, estudioso, un hombre de bien, sensato, de buen criterio, campechano, caritativo, dadivoso y filósofo; alegre por demás, buen compañero y bromista si los hay, algo ventrudo y muy despreocupado de su persona. En su vejez se casó con la hija del magistrado Concordato, joven, hermosa, agradable, despierta, complaciente, graciosa, que encantaba con su trato a sus vecinos y servidores. Sucedió, pues, que al cabo de unas semanas se volvió celoso como un tigre y comenzó a sospechar que ella se hacía toquetear las nalgas por otros. Para evitarlo, le relataba los más hermosos cuentos referentes a desgracias derivadas del adulterio; le leía a menudo la historia de las mujeres prudentes, le predicaba acerca del pudor, escribió un libro alabando la fidelidad conyugal y condenando en términos duros y firmes a las casadas infieles, y le regaló un hermoso collar de zafiros orientales. No obstante, la veía tan desenvuelta y afable para con sus vecinos que sus celos iban en aumento. Una noche, estando acostado con ella y entregado a sus preocupaciones, soñó que hablaba con el diablo y le contaba sus inquietudes. El diablo le consolaba y le puso un anillo en el dedo mayor, diciendo: "Te entrego este anillo; mientras lo lleves en el dedo, tu mujer no será carnalmente conocida por otro sin que lo sepas y lo consientas". "Muchas gracias, señor Diablo -dijo Hans Carvel-. Renegaré de Mahoma si alguna vez me lo quito del dedo".
El diablo desapareció. Hans Carvel, muy satisfecho, se despertó y encontró que tenía el dedo en el..., ¿cómo se llama? de su mujer.
Olvidaba contar que ésta, al advertirlo, echó el culo hacia atrás, como diciendo: "No, querido, no es eso lo que tienes que meter" y a Hans Carvel le pareció entonces que le querían robar su anillo. ¿Acaso no es un remedio infalible?
Francois Rabelais, Gargantúa y Pantagruel



Señora, flor de madroño



Señora, flor de madroño,
yo querrya syn sospecho
tener mi carajo arrecho
bien metido en vuestro coño;
por ser señor de Logroño
non deseo otro prouecho
synon foder coño estrecho
en estio o en otoño.
Cancionero de Baena
Citado en: Camilo J. Cela, Diccionario secreto.


De Trópico de Cáncer


"No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace un año, hace seis meses, creía que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros que escribir, gracias a Dios. Entonces, ¿éste? Este no es un libro. Es un libelo, una calumnia, una difamación. No es un libro en el sentido ordinario de la palabra. No, es un insulto prolongado, un escupitajo a la cara del Arte, una patada en el culo a Dios, al Hombre, al Destino, al Tiempo, al Amor, a la Belleza... a lo que os parezca. Cantaré para vosotros, desentonaré un poco tal vez, pero cantaré. Cantaré mientras la palmáis, bailaré sobre vuestro inmundo cadáver..."

Henry Miller


Imágenes: perrolobo.files.wordpress, andaluciasur.blogcindario, fotolog.com

2 comentarios:

Juan Arellano dijo...

Ya decía yo que faltaba algo en el post anterior. Saludos.

anacarsis klooth dijo...

Y todavía falta el colofón.
Saludos.
Anacarsis Klooth