viernes, 4 de abril de 2008


La biología y los sexos (II)

Un rasgo de nuestra sociedad que parece decididamente anómalo es el relativo a la cuestión de la propaganda sexual.



"Como hemos visto, lo que se puede esperar con mayor seguridad por razones evolutivas, es que cuando los sexos difieren, sean los machos los llamativos y no las hembras. El hombre occidental moderno es, sin duda, excepcional en este aspecto. Es cierto, por supuesto, que algunos hombres se visten ostentosamente y ciertas mujeres lo hacen con colores apagados, pero normalmente no hay duda que en nuestra sociedad el equivalente de la cola del pavo real es exhibido por las mujeres, no por los hombres. Las mujeres se pintan el rostro y se pegan falsas pestañas. Aparte los actores y los homosexuales, los hombres no lo hacen. Las mujeres parecen estar interesadas en su propia apariencia personal y son estimuladas a ello por diarios y revistas. Las revistas masculinas se preocupan menos del atractivo sexual del varón, y un hombre que se interese demasiado por su vestimenta y apariencia puede despertar sospechas tanto en los hombres como en las mujeres. Cuando una mujer es descrita en el curso de una conversación, es muy probable que su atractivo sexual, o la carencia de él, se subraye de manera especial. Esto es así, tanto si el que tiene la palabra es un hombre como si es una mujer. Cuando se describe a un hombre, lo más probable es que los adjetivos empleados nada tengan que ver con el sexo.

Enfrentado a estos hechos, un biólogo se verá forzado a sospechar que está contemplando una sociedad en que las hembras compiten por los machos, en vez de presentarse la situación inversa. En el caso de las aves del paraíso, llegamos a la conclusión de que las hembras son de aspecto apagado porque no necesitan competir por los machos. Los machos son brillantes y ostentosos porque las hembras son muy solicitadas y pueden darse el lujo de ser exigentes. La razón por la cual las aves del paraíso hembras son solicitadas es que los huevos son un recurso más escaso que los espermatozoides. ¿Qué ha sucedido con el hombre moderno occidental? ¿Se ha convertido realmente el macho en el sexo buscado, el que está en demanda, el sexo que puede darse el lujo de ser exigente? Y si es así, ¿por qué?".

Dawkins, R. (1985). El gen egoísta. Las bases biológicas de nuestra conducta. Barcelona: Salvat
Imagen: care2.com
Postdata: Con la moda metrosexual del siglo XXI, el hombre moderno occidental se está volviendo femeninamente ostentoso. ¿Estará recuperando su naturaleza animal?

1 comentario:

Juan Arellano dijo...

¿Estoy siendo buscado?... no m he dado cuenta.. jajaja.