miércoles, 11 de febrero de 2009

La sonrisa de Maquiavelo (I)

Según la Real Academia Española de la Lengua, la persona "maquiavélica" es aquella que "actúa con astucia y doblez". Esta palabra deriva del apellido del florentino Nicolás Maquiavelo, autor de "El príncipe", texto considerado como la biblia del arte de gobernar y mandar, y que ha sido objeto de múltiples distorsiones (especialmente en la parte referida a "es mejor ser temido que amado"). Inclusive, en la actualidad se le usa en el ámbito empresarial para justificar una conducta inescrupulosa y calculadora en los negocios. Pero nada de esto es cierto, Nicolás Maquiavelo fue un adelantado a su época: proveniente de la pequeña burguesía, gracias a su talento pudo ascender hasta el cargo de ministro plenipotenciario. Príncipes, papas, ministros y demás gente poderosa reconocieron, no sin envidia, sus dotes para la diplomacia y la estrategia. En esta primera entrega presentamos extractos de la biografía de Maquiavelo escrita por Viroli, donde nos muestra a un hombre totalmente diferente a la imagen que ha llegado hasta hoy.




"... todas las cualidades de Maquiavelo: burlón, irreverente, dotado de una sutilísima inteligencia; poco preocupado por el alma, la vida eterna y el pecado; fascinado por las cosas y hombre dotados de grandeza".

"Bernardo no había podido darle riquezas ni poder, pero su hijo sintió cariño por él, y más aún, acaso precisamente por eso, experimentaba hacia él un sentimiento particularmente dulce, libre de la obsecuencia y del miedo que a menudo inspiran los padres poderosos".

"Bajo la guía de sus maestros antiguos y modernos, Maquiavelo se forjó un concepto de la vida enteramente personal, hecho de generosidad y de amor por las cosas grandes, pasiones intensas, respeto hacia la fragilidad de la vida, admiración por la belleza, alimentada sin embargo por un profundo sentimiento de la dureza de la vida y de la maldad humana".

"Tenía ideas que lo hacían parecer un profeta... Justamente por eso había de guardarse de las hostilidades de muchos que no son sabios, sino malvados, ambiciosos e ingratos".

"Una persona que obra bien, que sirve al interés público con absoluta dedicación y honradez, que se esfuerza por entender las causas de los males que afligen a su patria y señalar las soluciones necesarias, debería ser estimada y admirada por sus conciudadanos. Pero dado que los hombre son, en su mayor parte, envidiosos y mezquinos, casi siempre ocurre lo contrario; cuanto más actúa una persona para el bien común, con rectitud e inteligencia, más la miran los otros con desconfianza y rencor, y se afanan por hacerle daño y por impedirle proseguir su obra. Los honores y el éxito, en cambio, corresponden a quien sabe adular, lisonjear y servir a los poderosos".

"... Maquiavelo era incapaz de rogar y agradecer para obtener aquello que le correspondía por derecho y por mérito".

"A pesar de haber manejado tanto dinero, había servido a la República con una honradez impecable".

"Maquiavelo jamás ha enseñado que el fin justifica los medios o que para el político es lícito aquello que para los demás está prohibido: ha enseñado que quien se propone realizar una gran finalidad (...) no debe temer que se lo considere cruel o avaro sino saber llevar a cabo lo necesario para la obra. Así son los grandes, así quería que fuese un príncipe nuevo".

"Del 'vivir libre', como a Maquiavelo le gusta llamar a las repúblicas (...), nacen innumerables bienes: los pueblos crecen porque los ciudadanos traen de buena gana hijos al mundo, dado que confían en poder mantenerlos y saben que 'nacen libres y no esclavos', y que si son buenos ciudadanos y se distinguen por sus virtudes, podrán ser elegidos para los más altos cargos de la República".

"... para Maquiavelo es mucho más seguro confiar la defensa de la libertad al pueblo antes que a la nobleza, porque los nobles desean dominar, en tanto que el pueblo solo quiere 'no ser dominado' y, por tanto, 'vivir en libertad' ".

"... son 'infames y detestables', había escrito en una espléndida página de los Discursos, los hombres 'enemigos de las virtudes, de las letras y de cualquier otro arte que aporte utilidad y honor al género humano, como son los impíos, los violentos, los ignorantes, los pusilánimes, los ociosos y los cobardes".





Imágenes: homobonusperitusdicendi.blogspot.com, ebook2.wordpress.com

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