viernes, 15 de mayo de 2009


Los diez mejores poemarios peruanos del siglo XX


A continuación, presentamos la selección realizada por el crítico literario peruano Javier Ágreda para el suplemento Primera semana del diario La Primera (Lima-Perú, 24.08.08). El orden de presentación se basa en la fecha de nacimiento de los autores.
Simbólicas
José María Eguren
Tipografía del la Revista, Lima 1911


La crítica considera a José María Eguren (1874-1922) el fundador de la modernidad en la poesía peruana. Antes de él, todo era retórica declamatoria (neoclásica, romántica o modernista) y la poesía se limitaba a ensalzar sucesos históricos, personajes o paisajes. Pero Eguren era un hombre extraño y solitario que vivía inmerso en su propio mundo interior; un universo en el que coexistían lo gótico y lo infantil, lo lúdico y lo trágico. En Simbólicas, su primer libro, Eguren nos presenta ese peculiar universo en hermosos y enigmáticos poemas dedicados a personajes como "Los reyes rojos", "El duque" o "La tarda". Con ellos llega a nuestra literatura la subjetividad, lo simbólico y la poesía pura.

Trilce

César Vallejo
Taller tipográfico de la Penitenciaría, Lima 1922


Hacia 1920 César Vallejo (1892-1938) ya había publicado su primer poemario, que lo convirtió, en opinión de Mariátegui, en la mayor promesa de nuestras letras. Entonces una serie de confusos incidentes ocasionó que fuera encarcelado por tres meses. En prisión, en la mayor soledad, escribió Trilce, su obra más personal y arriesgada, un conjunto de 77 poemas en los que los más audaces recursos de la vanguardia sirven para expresar la honda humanidad y profundidad de pensamiento del autor. Trilce es una de las obras cumbres de la literatura del siglo XX, a nivel mundial, y aunque sus poemas no tienen título (solo numeración), muchos de ellos son fácilmente identificables por sus versos iniciales, como "Madre, me voy mañana a Santiago".

5 metros de poemas

Carlos Oquendo de Amat
Editorial Minerva, Lima 1927

La vida y obra de Carlos Oquendo de Amat (1905-1936) fueron sumamente breves. Casi todos sus poemas están reunidos en su único libro, 5 metros de poemas, un "libro objeto", vanguardista y sumamente creativo. Todo en estos poemas se relaciona con la experiencia de la vida urbana más moderna y especialmente con el cine: el "metraje" del título, el empleo del espacio y hasta los títulos de los poemas ("Réclame", "Film de los paisajes"). Pero no se trata de un canto a la modernidad; al contrario, el poeta intenta alcanzar a través de estas efímeras y audaces imágenes la inocencia y ternura propias del mundo de la infancia. De ahí que el poema más conocido del libro sea precisamente "Madre".


Travesía de extramares

Martín Adán
Ministerio de Educación Pública, Lima 1950


Rafael de la Fuente Benavides (1908-1985), más conocido por su seudónimo literario de Martín Adán, es uno de los escritores peruanos más eruditos y difíciles. Como Borges, se inició en el vanguardismo (con la novela La casa de cartón, 1928), pero después escribió en los versos y estrofas más tradicionales de la poesía en español. Travesía de extramares es un conjunto de 50 rigurosos sonetos endecasílabos, dedicados cada uno a una obra de Chopin y que desarrollan diversos motivos literarios y filosóficos, presentados en los numerosos epígrafes y citas en alemán, francés, inglés, etc. Estos poemas herméticos y de un deslumbrante virtuosismo formal requieren de lectores especializados.


Las ínsulas extrañas

Emilio Adolfo Westphalen
Compañía de Impresiones y Publicidad, Lima 1933



En la línea de la poesía pura y subjetiva de Eguren, el primer libro de Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001) sorprende por la cojunción de recursos propios del surrealimso y de la poesía española clásica (el título proviene de un verso de San Juan de la Cruz), además de una poco común imaginación y libertad en el uso del lenguaje. Son solo nueve poemas, sin títulos ni signos de puntuación, de entre dos y cuatro páginas de extensión, en los que a través de elementos esenciales y con una fuerte carga simbólica (árbol, río, mar, sol) se cra un mundo mítico, en el que se unen lo natural y lo onírico: "La mañana alza el río la cabellera/ Después la niebla la noche..."

Reinos

Jorge Eduardo Eielson
Separata de la revista Historia, Nº 9, Lima 1945


La trayectoria poética de Jorge Eduardo Eielson (1921-2006) es verdaderamente ejemplar: una evolución coherente y de calidad sostenida que va desde el manierismo de sus poemas iniciales hasta el minimalismo de los últimos. Entre sus libros destaca Reinos, su primer poemario y que le hizo merecedor del prestigioso Premio Nacional de Poesía. Es el punto más alto de la "poesía pura" escrita en el Perú, tanto por sus imágenes deslumbrantes (de estirpe simbolista y surrealista) como por el precoz virtuosismo en el manejo de la retórica poética. Reeditado numerosas veces, Reinos contiene textos infaltables en cualquier antología de la poesía peruana, como "Parqu para un hombre dormido" o "Piano de otro mundo".



Canto villano
Blanca Varela
Arybalo, Lima 1978



Blanca Varela (Lima, 1926-2008) es considerada la más importante voz femenina de la poesía peruana del siglo XX. Su primer poemariio, Ese puerto existe (1959), contó con un elogioso y entusiasta prólogo de Octavio Paz; pero es Canto villano el libro "con el que alcanza su más potente madurez", en palabras del poeta Javier Sologuren. Como en el caso de Eielson, al surrealismo de sus primeros poemas le siguió un largo proceso de depuración y ascetismo formal, que en este poemario se suma a una visión muy dura y crítica de la vida cotidiana, en la que priman la angustia y el escepticismo. El poema emblemático de libro es "Curriculum vitae", que en 11 versos breves presenta una imagen sombría del destino humano.



Contra natura
Rodolfo Hinostroza
Barral editores, Barcelona 1971


La poesía de Rodolfo Hinostroza (1941) es la versión erudita y hermética de la poética de la Generación del 60. Tras un largo periodo de formación, que incluye el libro Consejero de lobo, Hinostroza logra en Contra natura (Premio Maldoror, 1971) un excelente poemario, que integra -de una manera que hoy calificaríamos de posmoderna- las citas y referentes literarios, los pasajes de intenso lirismo y los más diversos símbolos, desde matmáticos hasta zodiacales. Sin perder calidad literaria, los poemas de este libro se van haciendo cada vez más complejos y difíciles de leer. De ahí que los más conocidos y antologados sean los primeros: "Gambito de rey" e "Imitación de Propercio".



Canto ceremonial contra un oso hormiguero
Antonio Cisneros
Casa de las Américas, La Habana 1968


Antonio Cisneros (1942) es el autor emblemático de la renovación que significó la generación poética del 60: influencias anglosajonas, lenguaje coloquial y un discurso que integra lo narrativo y lo lírico, lo individual y lo social, lo histórico y lo actual. Todas esas características encuentran su mejor expresión en Canto ceremonial contra un oso hormiguero, un libro orgánico y muy bien estructurado que obtuvo el Premio Casa de las Américas 1968. La rebeldía, el optimismo y el espíritu crítico de la década de 1960 se expresan en poemas tan conocidos como "Karl Marx died 1883 Aged 65" y el épico "Crónica de Chapi, 1965".



Cosas del cuerpo
José Watanabe
El Caballo Rojo, Lima 1999


Surgido en la Generación del 70, José Watanabe (1945-2007) desarrolló lo más importante de su obra a partir de la segunda mitad de la década de 1980. Cosas del cuerpo es el punto más alto de esta poesía, pues conjuga la madurez literaria y personal, la conjunción de elementos occidentales y orientales (el imaginismo anglosajón, el haiku japonés) en una poética centrada en el cuerpo y su materialidad elemental. Las imágenes, rigurosamente trabajadas, dan prioridad a seres casi elementales ("El lenguado", "Las malaguas"), a cuevas y desiertos y hasta a deterioradas estatuas de yeso. Watanabe continuó las propuestas de este libro en La piedra alada (2005) y Banderas detrás de la niebla (2006).



Imágenes: calle52.blogspot.com, hjorgev.wordpress.com, flickr.com, letraslibres.com, letras.s5.com, londres.cervantes.com, pucp.edu.pe, bnp.com.pe

1 comentario:

Fabián Rivera dijo...

Un ejercicio interesante, que debería retomarse en las letras mexicanas.