martes, 4 de agosto de 2009


Los monosílabos, a raya

Presentamos un artículo que nos ilustra sobre las razones de la acentuación de los monosílabos en español. A tomar en cuenta.




El objetivo general de la acentuación gráfica española consiste en distinguir la sílaba tónica de entre sus vecinas dentro de la palabra, ya que ese rasgo resulta relevante en nuestra lengua. Efectivamente, la razón práctica de escribir parqué o libró radica en que no se confundan con parque o libro; y si tiene sentido tildar lápiz, compás o pájaro, es porque existe la posibilidad teórica de que tales vocablos se articulen como lapíz, como cómpas y como pajàro o pajaró. La única de los monosílabos, per se, no tiene sílabas vecinas dentro de su palabra; tildarlos, pues, no puede obedecer al objetivo general de la acentuación gráfica del español: tren, di o yo, por ejemplo, sólo pueden pronunciarse -como tónicos- trén, dí, yó, obviamente; teniendo en cuenta la ley de la economía en la que se fundamenta el sistema, sobrerrayarlos constituye una inutilidad y un despilfarro. De ahí que la RAE preceptúe que, como norma general, los monosílabos no se tilden, aunque (todos, claro, son agudos) terminen en vocal o en -n o -s simples.





Sin embargo, ha existido la costumbre inveterada, que todavía colea, de acentuar determinados monosílabos, entre los que destacan las formas verbales vió, dió, fuí y, sobre todo, fué. Tal tradición contó con el beneplácito de la RAE hasta 1959; desde el 1 de enero de ese año, la tilde de los vocablos en cuestión está declarada, expresamente, incorrecta. La decisión hay que aplaudirla por lógica y coherente: tildar porque sí los monosílabos que, como pan, ron, tres, zas, fe, vi o da, sólo contienen una vocal supone una incorrección por tratarse de un ejercicio superfluo; pero tildar los que, como vio, dio, fui o fue, incluyen un diptongo es mucho más grave porque, gratuitamente, se neutraliza así la posibilidad de reflejar gráficamente, sin equívocos, pronunciaciones distintas de relevancia lingüística. En efecto, la concurrencia inmediata de una i o de una u con cualquier otra vocal puede constituir un diptongo (como en Dios, Juan, pie... y en vio, dio, fui y fue) o un hiato (como en guión, lié, huís... y en crió, rió, huí o fié). Como se ve, en estos vocablos cortos la simple rayita es capaz de discernir la articulación bisílaba de la monosílaba. Sobrecolocársela a todos indiscriminadamente equivale a anular su función distintiva.

Sólo unos pocos monosílabos deben tildarse; nunca porque sí, sino para distinguirlos en su tonicidad de sus homónimos átonos: mí / mi; dé / de; él / el; sí / si; quién / quien...




Un pajarillo puede decir en un cuento: "Le pié, pero casi me aplasta con el pie; espero que la próxima vez que le píe me haga caso" Para que tríos así resulten transparentes como el cristal, no raye el monosílabo. Y, puesto que usted no "vi-ó" ni "di-ó" ni "fu-é" (yo tampoco "fu-í", se lo juro), libere ya a*vió, a *dió, a *fuí y a *fué de ese índice lacerante, de ese lastroso sambenito "carrozón".








Tomado de: canales.larioja.com
Imágenes: ampalalatina.wordpress.com, javcasta.wordpress.com, vagabundia.blogspot.com

1 comentario:

material didactico español dijo...

Son dudas que para quines estudian el idioma castellano o español, son muy comunes, es bueno aclararlas, gracias.